Cohousing en Cambridge
Tras la modificación del planeamiento inicial planteado, esta urbanización de cohousing trabajó sutilmente con el espacio exterior en todos los grados, desde lo privado hasta lo público. La calle se convierte en el lugar donde los niños pueden jugar bajo la mirada de padres y vecindad. Este elemento es una exhibición impresionante de vida compartida que se ha convertido en símbolo del proyecto de cohousing y ha dado su nombre al desarrollo: Marmalade Lane.
Otra manipulación exitosa del plan maestro original ha sido colocar el estacionamiento en el perímetro de la parcela, en lugar de en el centro comunitario. Esto ha liberado las áreas centrales para un espacio comunitario más compartido, con espacios verdes que han sido especialmente diseñados para niños. Las viviendas y las instalaciones comunales (la Casa Común) pueden enfrentarse a estos espacios bien ajardinados, y proporcionan un verdadero «corazón» a la nueva comunidad. Algo mucho mejor que mirar por encima de los coches.
La nueva ‘calle’, como otras partes del desarrollo, está flanqueada por una viviendas de ladrillo que hacen referencia a un aspecto muy urbano .
Tener una gama tan amplia de tamaños y espacios de vivienda significaba que era posible satisfacer las necesidades casi infinitas de los usuarios. A los participantes del cohousing se les dio libre elección dentro de una gama de opciones de revestimiento de ladrillo, lo que generó un rico patrón de tonalidades al tiempo que se evitaba la aleatoriedad caótica. De hecho, intercalar algunas unidades con ladrillo pintado ha dado la sensación de que los edificios han estado en su lugar por más tiempo que ellos, esto es se consiguió una integración perfecto y natural de todo el conjunto edificatorio.
Existen elementos curiosos en este proyecto como la existencia de habitaciones comunes para alquilar a visitantes o familiares. Uno de los elementos que vemos más se repite en muchos de los ejemplos de cohousing de gran escala. Eso permite reducir el tamaño de las viviendas y suplir esa necesidad puntual de mayor espacio con unidades habitacionales de caracter comunitario que se pueden reservar o alquilar con antelación.
También se cuenta con el centro comunitario donde jugar, realizar reuniones, fiestas, disfrutar de clases de música, etc…
La vecindad, como en muchas comunidades cohousing, se encarga por grupos de trabajo del mantenimiento de muchas zonas comunes, ó simplemente de participar de la organización de actividades de las que disfruten todas las personas. Cada persona lo hace de forma libre y comprometida, en la faceta que mejor y más cómoda se sienta.
Marmalade Lane es en todos los sentidos un ejemplos de cohousing referencia para otros proyectos futuros que encontrarán en él muchos elementos replicables.























